
Estos mosquitos, eligen a su víctima en función de su olor, del color de su piel, del gas carbónico que desprendemos, de nuestra edad, de nuestro estado de salud y de un sin fin de factores que ni siquiera nos podemos imaginar.También les gusta el sudor, el calor y la humedad de nuestro cuerpo, así cuantos más factores reunamos, mal asunto... más opciones tenemos de perder la batalla.
Son las hembras mosquitos las que se dedican a ir buscando sangre para alimentar a sus mosquitos bebés. Los machos se sacian con el jugo de las frutas. Son las mosquitas las que vienen, ven y vencen.
Nos guste o no; vienen unas veces más silenciosas que otras, disimulan durante un rato a nuestro alrededor, tantean el terreno, huelen, se acercan, se alejan, vuelven a acercarse; ven, nos miran, les gustamos y siguen tanteando el terreno, nos vuelven a oler y deciden si somos un buen primer plato para sus hijitos o si nos prefieren de postre o si ninguna de esas dos cosas, en ese caso, hemos ganado la batalla y sin haber luchado, en caso contrario; vencen, casi siempre vencen, a nos ser que seamos mas rápidos que ellas y en uno de sus acercamientos utilicemos nuestra mejor arma, las manos y adiós!
Pero lo normal es que si nos han echado el ojo, caigamos en sus redes y con un tímido pero contundente pinchacito ya tengamos a la mosquita en nuestra mente durante varios días, y duele? Pues no, lo peor es que esa bandera que nos han clavado, sin tener culpa alguna pica, y mucho. De todas formas,de lo malo malo,a nosotros solo nos pica,porque hay alguna que otra especia en china y países sudafricanos en los que una picadura de mosquito puede llegar incluso a matar a una persona.
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